Bendita la imperfección, que deja
todo a nuestro alcance, todo
por acabar, por concluir,
y destierra al olvido la sensación
de plenitud eterna.
Bendita la comida que no sacia,
que no llena, y nos deja
con hambre de ser, un día más.
Bendito el descanso, si no amordaza
el deseo de desear.
Bendita esa forma y manera de no estar, ni ser
como nadie, ni como aquel que nos enseñó.
Bendita esa bendita ilusión, de querer ser tú,
de querer ser yo.
Bendita sea, esa perfecta imperfección.
Nacido en Madrid (España) en el año 1953, con historias por vivir y contar, otras por leer, escuchar y aprender, en mi, a menudo la ilusión prolonga el sentido del paso del tiempo, lo retrasa y dilata para que goce aún más de él, un equilibrio éste difícil de alcanzar, y que no me resigno a dejar de intentarlo, día tras día.
jueves, 21 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Mientras espero
Me gustaría que las palabras me hicieran crecer,
y pudiera entender las mil cosas que quiero decir,
embriagarme de ti, y de lo que fuimos tal que ayer,
y morir de amor para morir en vida.
Pedirlas lo imposible, para que me lo alcancen,
y marcharme contigo al horizonte, al infinito, solos,
no esperar permisos de este presente que ya es pasado,
y arropar nuestra esperanza, de bocas y abrazos.
Alguna vez fue así, y envejecimos juntos unas horas,
para darle calor a esa tarde que se anunciaba fría y gris,
y frente a frente, desnudos, juramos volver a envejecer,
si el destino nos regalara a su antojo, un amanecer incierto.
Y se que el calor no da frio, ni el amor tristeza, solo si faltan,
también se, que pedir no basta cuando hay tanto por hacer,
y hacer no me vale, si no es contigo, me enroco en mi mismo
esperando una señal, que señale adonde yo quiero marchar.
Olvido cada día, para volverte a decir lo que siempre te digo,
tu verás si te haces cómplice de esta locura, que repite sueños,
despierto a la pasión para enloquecerme de este juego,
mientras saboreo la sal del sudor, que empapó nuestro cuerpo.
Me quedan nuchos despertares, pero cada día, uno menos,
quisiera morder las ansiedades que crecen en las noches,
jugarme la vida a cara o cruz, a un presentimiento,
y no reprocharme nunca los reproches, que no se hicieron.
Sentado, no hago otra cosa que preguntarme a mi mismo,
y por una rendija veo el abismo de los caprichos baratos,
esta tarde, olvidaré los recuerdos que ya olvidé, y olvidando
pudiera ser, que de tanto olvidar, de tí me haya olvidado.
y pudiera entender las mil cosas que quiero decir,
embriagarme de ti, y de lo que fuimos tal que ayer,
y morir de amor para morir en vida.
Pedirlas lo imposible, para que me lo alcancen,
y marcharme contigo al horizonte, al infinito, solos,
no esperar permisos de este presente que ya es pasado,
y arropar nuestra esperanza, de bocas y abrazos.
Alguna vez fue así, y envejecimos juntos unas horas,
para darle calor a esa tarde que se anunciaba fría y gris,
y frente a frente, desnudos, juramos volver a envejecer,
si el destino nos regalara a su antojo, un amanecer incierto.
Y se que el calor no da frio, ni el amor tristeza, solo si faltan,
también se, que pedir no basta cuando hay tanto por hacer,
y hacer no me vale, si no es contigo, me enroco en mi mismo
esperando una señal, que señale adonde yo quiero marchar.
Olvido cada día, para volverte a decir lo que siempre te digo,
tu verás si te haces cómplice de esta locura, que repite sueños,
despierto a la pasión para enloquecerme de este juego,
mientras saboreo la sal del sudor, que empapó nuestro cuerpo.
Me quedan nuchos despertares, pero cada día, uno menos,
quisiera morder las ansiedades que crecen en las noches,
jugarme la vida a cara o cruz, a un presentimiento,
y no reprocharme nunca los reproches, que no se hicieron.
Sentado, no hago otra cosa que preguntarme a mi mismo,
y por una rendija veo el abismo de los caprichos baratos,
esta tarde, olvidaré los recuerdos que ya olvidé, y olvidando
pudiera ser, que de tanto olvidar, de tí me haya olvidado.
miércoles, 6 de julio de 2011
Últimamente
Últimamente me duele la vida, el corazón, el alma,
y la razón me castiga y no se aparta de mi,
últimamente me atormentan las dudas, y su color,
y las palabras bien dichas, y hasta esa bella canción,
despierto a la soledad y no me dice más nada,
y me envuelvo en ese olor nuestro, en aquellas sábanas.
Últimamente demasiado me exijo, y acorto plazos,
busco claridad en otras vidas, desordeno palabras,
ni pocas ni muchas pero a tontas y a locas,
últimamente, lloro mas que de costumbre, y no me
acostumbro a llorar, añoro lo que no he vivido,
y me juro a mi mismo que no me apetece andar.
Últimamente, apenas si me entiendo con la esperanza,
los sueños se hacen imposibles, y ni soñar echo de menos,
anhelo la acera que no piso, el barrio que no habito,
el amor prohibido, la calma sin tempestad, vivo en el deseo,
últimamente derrapo más que navego, muere mi tiempo,
veo una luz, me desvelo, y después escribo estos versos.
y la razón me castiga y no se aparta de mi,
últimamente me atormentan las dudas, y su color,
y las palabras bien dichas, y hasta esa bella canción,
despierto a la soledad y no me dice más nada,
y me envuelvo en ese olor nuestro, en aquellas sábanas.
Últimamente demasiado me exijo, y acorto plazos,
busco claridad en otras vidas, desordeno palabras,
ni pocas ni muchas pero a tontas y a locas,
últimamente, lloro mas que de costumbre, y no me
acostumbro a llorar, añoro lo que no he vivido,
y me juro a mi mismo que no me apetece andar.
Últimamente, apenas si me entiendo con la esperanza,
los sueños se hacen imposibles, y ni soñar echo de menos,
anhelo la acera que no piso, el barrio que no habito,
el amor prohibido, la calma sin tempestad, vivo en el deseo,
últimamente derrapo más que navego, muere mi tiempo,
veo una luz, me desvelo, y después escribo estos versos.
lunes, 27 de junio de 2011
Y a quien no.....
Como me gusta cuando me miras,
y te dejas mirar, cuando te vistes de color
y solo piensas en ti, como me gustan
tus formas que me invitan a no pensar,
a dejarme hacer, como me gusta adivinar
tu desnudez.
Como me gusta, esa manera tuya
que tienes de darme la espalda, tu
culo cuando lo mueves, tus manos
en mi bolsillo, como me gustan nuestros
quejidos, y ese alivio carnal que nos
calma, ser después de haber sido,
y no haber pasado el tiempo por
nuestra cama.
Como me gustan los delirios sin grandeza,
los tiempos gastados a tu lado, confesarme en
tu presencia, amanecer sin haber descansado,
como me gusta besar tus deseos, escuchar
a mis sueños, redimir los excesos,
despertar sin querer dormir, como me gusta,
descansar en tus pechos.
y te dejas mirar, cuando te vistes de color
y solo piensas en ti, como me gustan
tus formas que me invitan a no pensar,
a dejarme hacer, como me gusta adivinar
tu desnudez.
Como me gusta, esa manera tuya
que tienes de darme la espalda, tu
culo cuando lo mueves, tus manos
en mi bolsillo, como me gustan nuestros
quejidos, y ese alivio carnal que nos
calma, ser después de haber sido,
y no haber pasado el tiempo por
nuestra cama.
Como me gustan los delirios sin grandeza,
los tiempos gastados a tu lado, confesarme en
tu presencia, amanecer sin haber descansado,
como me gusta besar tus deseos, escuchar
a mis sueños, redimir los excesos,
despertar sin querer dormir, como me gusta,
descansar en tus pechos.
jueves, 16 de junio de 2011
Te propongo la vida
Hoy con aire nuevo, y viejo,
te propongo renovar los votos
de aquellos dos desconocidos
que éramos, cuando fuimos.
Trasnochar del ahora al pasado,
volver a pisar sin cuidado
por los caminos que ya pisamos,
hacerle trampas a nuestro destino.
Te propongo la vida, no el recuerdo,
aunque suene a un no me acuerdo
este desecho de versos mordidos.
Solo te invito a este juego a ras de suelo,
hoy que el tiempo nos niega en un espejo,
ahora que echo en falta, hacer lo que hicimos.
te propongo renovar los votos
de aquellos dos desconocidos
que éramos, cuando fuimos.
Trasnochar del ahora al pasado,
volver a pisar sin cuidado
por los caminos que ya pisamos,
hacerle trampas a nuestro destino.
Te propongo la vida, no el recuerdo,
aunque suene a un no me acuerdo
este desecho de versos mordidos.
Solo te invito a este juego a ras de suelo,
hoy que el tiempo nos niega en un espejo,
ahora que echo en falta, hacer lo que hicimos.
jueves, 9 de junio de 2011
Por el bien de todos....
Debiera acostumbrarme a no deciros
lo primero que se me viene a la cabeza,
tan solo porque me duela y reviente,
a contar hasta diez, hasta cien, o hasta veinte,
a no enturbiar el amor con mis temores,
ni darme tanto golpe de pecho para nada.
Debiera aprender, de que modo ser feliz
sin provocar tanto daño, subir los peldaños
sin despertar otros sueños, y llegar al oasis
de ese amanecer inmenso, dejar de observar
la vida desde la otra acera, y a callar,
todo lo que no pueda cumplir después.
Debiera saber que el recuerdo nunca se olvida,
que no es vida vivir a medias, que la sonrisa
puede entristecer el alma, y que el descansar
a veces, puede asfixiar la ilusión, consentir,
una palabra entre todo y nada, que desnuda,
engaña, y deja a la esperanza sin abrigo.
Debiera decir más de lo que ahora digo, porque
el dolor me perfore y hasta me confunda,
y se estrechen los caminos infinitos de la vida,
debiera decir más, o mejor, hacer más de lo que digo,
para ahorrarme estos pecados a las puertas del cielo,
y no tener que pediros jamás, perdón por ellos.
lo primero que se me viene a la cabeza,
tan solo porque me duela y reviente,
a contar hasta diez, hasta cien, o hasta veinte,
a no enturbiar el amor con mis temores,
ni darme tanto golpe de pecho para nada.
Debiera aprender, de que modo ser feliz
sin provocar tanto daño, subir los peldaños
sin despertar otros sueños, y llegar al oasis
de ese amanecer inmenso, dejar de observar
la vida desde la otra acera, y a callar,
todo lo que no pueda cumplir después.
Debiera saber que el recuerdo nunca se olvida,
que no es vida vivir a medias, que la sonrisa
puede entristecer el alma, y que el descansar
a veces, puede asfixiar la ilusión, consentir,
una palabra entre todo y nada, que desnuda,
engaña, y deja a la esperanza sin abrigo.
Debiera decir más de lo que ahora digo, porque
el dolor me perfore y hasta me confunda,
y se estrechen los caminos infinitos de la vida,
debiera decir más, o mejor, hacer más de lo que digo,
para ahorrarme estos pecados a las puertas del cielo,
y no tener que pediros jamás, perdón por ellos.
viernes, 27 de mayo de 2011
Al silencio
Un día de estos y no me preguntes cual, me iré a buscar al silencio
que perdí en algún lugar de mi pasado, el mismo que ya no existe,
y trotaré el mundo de cabo a rabo para darle lo que es mio y puedo,
y espero alimentarme de ti y de tu misterio, allá donde te encuentre.
y espero alimentarme de ti y de tu misterio, allá donde te encuentre.
Escucharé el murmullo de sirenas en las entrañas de la tierra,
cantaré al paisaje de esa naturaleza olvidada y castigada, pero viva,
sentiré sobre la brea, el rugir de los coches y el quejido de sus voces,
arroparé mis canciones a tu abrigo y me abrazaré a ti como al amor.
Dejaré de escuchar palabras desnudas y vacías, que falta hace,
y para encontrar y entender al viento, invitaré a mi ánimo a este viaje,
y conversaré con las estrellas, y con la mar cuando toque, y los ríos,
y los arroyos, y vendrá la quietud para aplacar las convulsiones del alma.
Pensaré en el infinito como mi próximo destino, y dejaré que la brisa
me regale unas caricias de frescura, y me acostumbraré a ver atardecer
en el campo o en la orilla, o en una ciudad de tantas donde
llegaré para no quedarme, y sentiré tu adorable presencia en mi.
Y volveré de nuevo algún día, al lugar donde ahora no estoy, para escuchar
sin decir, para recordar el nido que un día habité, para agradecer la partida
y lo aprendido a fuerza de querer, para escribir sobre este cuaderno
ayer vacío y hoy lleno de mi, para no olvidar lo que un día aprendí de él.
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