jueves, 26 de marzo de 2015

Eternidad



Ya sabéis, que no es mi costumbre andar dejando mis canciones por aquí, aunque he de decir, que de ahora en adelante y poco a poco, irán salpicando este blog. Ellas (mis canciones), y vosotros,  me lo recordáis  con cierta frecuencia, y no seriía justo el no complaceros, y porque no decirlo, el no complacerme.

Hoy toca desearle todas las suertes, a esta canción que como ya digo, no es del todo mía. Sucede a veces que leyendo, uno desearía haber escrito eso mismo y de esa forma, algo así me ocurrió con este poema llamado "Eternidad", del libro Los Cuerpos Lejanos escrito por un gran poeta, Rodolfo Serrano, a quien estoy seguro todos conocéis, y que por ese sentido de no pertenencia, tuve el atrevimiento de escribirle esta música, para hacer este poema, aunque no sea cierto, "un poquito mío". El  Poeta sabe lo que quiero decir.

Uno duda si al final esta música habrá estado a la altura de ese hermoso poema, pero lo que si os puedo decir, es que en esta música y en mi voz, van parte de mil alma y mi corazón.

Gracias por toda esa compañía que siempre me dais.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Aquella vez

Lejos queda, aquel invierno de mentiras
a la vuelta del colegio, excusas, inventos.
Lejos, el perdón del pecado. Las respuestas
que no tuvieron. Cigarrillos en los labios.

Lejos, aquella mañana de pellas, el amor
atado al miedo, el sudor en la farmacia.
Lejos, la imagen de un cuarto viejo sin
luz, pequeño. La llave en puño cerrado.

Ahora, bajo el ala caida de mi sombrero,
los recuerdos me traicionan. La nostalgia
del cuerpo. Las lágrimas guardan silencio.

Al menos la tristeza echó unas risas, por
los minutos que no cuento, hoy la ternura
me anduvo buscando. Ya vuelo de regreso.









viernes, 20 de febrero de 2015

En tus brazos

Supiste ayudarme, a encontrar la ternura perdida de
mis abrazos, las palabras que me negaron, el sabor
del carmín de tus labios, el descanso  del tiempo y
el amor, aburrido entre la espesura de mi pasado.

Supiste sin más, hallar mi verdad entre las cenizas,
sentir las caricias de aquel verso a solas, diría que
a la vez, me hiciste vencer al miedo a las alcobas,
recuperar mi calor en otro fuego, besar los infiernos.

Supiste dar claridad a las tinieblas, y entornar las
puertas que siempre cerré, escuchar sin sentenciar,
adormecer mi impaciencia, enderezar mi dirección
opuesta y creer, que el mundo está a nuestros pies.

Supiste beber de mi sal en la arena, poner ritmo a mis
caderas, decirme la verdad aunque doliera, y romper
ese hielo eterno, templar el frío de los inviernos,
traerme la brisa a puerto, esconderte en mi pañuelo.

Supiste hacerme avanzar, enseñarme a llorar como
un hombre, saber hasta cuando y sospechar hasta
donde, hilvanar las prisas, derrochar las alegrías
del corazón, aprender a vivir sin miedo y sin pudor.

Supiste tenerme en tus brazos.



viernes, 9 de enero de 2015

Ausencia

Ya no hay burbujas en mi vida, los
amores sin salida se fueron tras los
anocheceres, y mis ojos en tu espalda
se clavaron como puñales traidores.

Que tiempos aquellos precursores de
tempestades y tormentas, de placer y
viento de vuelta, y tu verdad, fueron
como la brisa del invierno, como tú.

Vestí de seda tu desnudez, cambié de
acera las agujas del reloj y tal vez, eché
el tiempo atrás, o al menos eso creí.
Túmbate hoy de nuevo a mi lado.

Recuerdo el sabor de mis pecados y tus
pechos de sal y miel, y hasta la soledad
amó tu compañía, bastaron tres días
para olvidar el tiempo que no encontré.

Después, la luz del día apagó el vértigo
de la oscuridad, y nos quedamos como
desconocidos, sin horizonte, sin destino,
separados por el vicio que nos ata.

Hoy perdido en los caminos, apago la
la sed con ese vino que nunca bendecí.
Soñaré o reiré entre gestos, la melancolía
tomó el derecho a condenarme sin ti.

Ahora me toca olvidar tu ausencia por
los senderos y las aceras de mi ciudad,
y en mi cabeza, las pesadillas duermen
sin descanso, al remanso de esta pereza.

Vuelvo a la batalla de no encontrarme,
y al infierno de saberte en otros brazos.
Contigo la luz fue de luna llena.
A la sombra de tu espalda fui feliz.

lunes, 7 de julio de 2014

El tiempo que me debo

Cada vez es menos el tiempo que le debo a mis sueños, y a los
tuyos también, el futuro que ayer hipotequé solo me trajo los
restos de un naufragio olvidado en la basura, las mismas dudas,
los mismos fangos, compañeros de noches inciertas en tabernas
de ningún puerto, los mismos destrozos y a pesar de todo, la vida
más que siempre me compensa.

A dos cuerpos de distancia siempre hay alguien que me sorprende
y me emborracha con la frescura de otro invierno nuevo para mi.

Una nueva ilusión me hará volver al camino que dejé, y despegaré
mis pies del destino, y a la quimera la compraré billete sin vuelta
hacia mi próxima tempestad, se despejará  el horizonte y te cantaré
ahora que aún no eres mía, y le pondré nombre a tus besos color a
tus mejillas, y dibujaré mil abrazos en algún rincón.

Ojalá que alguien espere en mi próxima canción, cada vez es menos
el tiempo que me falta, es menos cada vez el tiempo que me debo.

martes, 6 de mayo de 2014

No te escondas hoy

No te escondas hoy, porque te buscaré en cualquier parte,
en aquella tarde en que nos quedaron sonrisas pendientes,
en los tiempos de tempestad que no prendieron palabras
sino silencios, en las calles que perjuramos tantas veces,
también en los detalles guardados en recuerdos olvidados.

No te escondas hoy, porque te buscaré en los abrazos de
otros, en el ayer cuando aún eras mía, en tu desnudez en
la cocina, o entre las cinco esquinas de aquella cama, en los
hoteles de primavera, en el olor a madera en aquel bosque
de chatarra, en la penúltima parada de nuestra estación.

No te escondas hoy, porque te buscaré en los desiertos
del alma donde la calma me volvió loco, en los pozos
sin fondo, en los desvelos de días trasnochados, en los
últimos versos de aquel verano, en las noches sin tiempo,
en los placeres de aquella apuesta certera y suicida.

No te escondas hoy, porque te necesito mas que siempre,
de frente solo aquel camino donde nunca te encontré, no
te escondas hoy en el ayer, donde jamás fuiste mía cuando
me asfixiaba en el fango. El lado de tu cama que aún sigue
vacío ahora niega mis vicios, ahora perfila tus trazos.

No te escondas hoy, en el  pasado.

martes, 18 de marzo de 2014

Regresando

Me duelen los pensamientos, se agolpan, me
desbordan y no se como amarrarlos, se expresan
a diario en folios en blanco que niegan lo que
escribo. Escucho lo que el silencio me calla al oído.

Me serena el tiempo cuando pasa tan despacio,
que frena la arena de aquel reloj agonizando. Me
siento en paz quiero decir. La sombra de mi mano
crea figuras ajenas, que me recuerdan a alguien.

Me enloquece sentirme de nadie, y me desborda
el invierno que no ha huido, esta inquieta quietud.
Me atormenta el silbido fuerte de aquel silbato.
Vuelo cada noche y al siguiente anochecer.

Me atrae éste mundo al revés, la ignorancia de
mis labios, los finales descifrados, el borde en
los abismos, el motivo de mis retrasos, y los mil
abrazos por descubrir, los principios sin predecir.

Me entristece tanto que a veces, cuando espero
desespero a pesar de todo. No caducará este lloro
a finales de Abril, ataré mis enredos en otoño.
Cerraré este diario sólo, al verme de regreso en mi.