Hoy la niebla cala, hasta
los pensamientos más lejanos,
aquellos que lo fueron
tan solo alguna vez,
y ese juego hoy me inquieta,
al menos el tiempo que dure,
y me abandono a ello y me presto
frente a esta indiferente frialdad.
Me llegan cantos de sirenas
que se cruzaron en mi vida,
y me viene cuando tomabas un café
dos o tres mesas más allá de la mía,
y aquel encuentro al cruzar la calle,
y cuando te perdí al doblar aquella esquina
que apresurado yo también doblé por ti,
pero ya no estabas, ya no te vi,
o después, a la salida de aquel cine,
secando aún tus lágrimas
que provocaron ese final previsto,
o en la estación del metro de Gran Vía,
cuando me quedé fuera de tu vagón
por un maldito segundo,
y cuantas horas me sobraron después.
Persigo una quimera,
con sus caras y sus cruces,
sus alegrías y sus penas,
y su felicidad contenida,
tal cual quizás sea yo,
pero allá quedó todo, sin tan siquiera
llegar a ser, supongo, que el destino
andaba en otros quehaceres,
y dejó mis asuntos pendientes,
y los tuyos también, quien quiera que seas,
donde quiera que estés,
hoy la niebla cala, hasta los recuerdos
de aquello que no fue ni pudo ser,
y me siento más falto de ti,
ahora que aún no te encontré, te digo,
que hoy nuestro pasado, me come por dentro.
2 comentarios:
es una delicia.... leerte
Un poema precioso, la verdad es que es un placer comenzar un día pudiendo leer algo así. Gracias.
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