No se si es tarde ya, o el tiempo pesa,
quizás sea que camino con cierta calma,
y acostumbrado a las llamas de un fuego que no quema,
me abrasa la desesperanza de no esperar nada.
Soporto los vaivenes de quien busca algo más,
y eso te lleva al mundo de los incomprendidos,
laberinto y murmullos distintos, que solo entiendes tú,
y que nada dice cuando lo intentas explicar.
En tiempos avanzados, donde todo tiempo es poco,
resulta que en mi mismo me enroco con mi pasado,
y desemboco en un presente incierto, abierto,
y aun despierto pienso, si he despertado.
Cuantas veces he deseado ver el revés,
tan solo por una noche,
y despisto al reproche, pero es que a veces
no puede ser, lo que nunca fue.
Nacido en Madrid (España) en el año 1953, con historias por vivir y contar, otras por leer, escuchar y aprender, en mi, a menudo la ilusión prolonga el sentido del paso del tiempo, lo retrasa y dilata para que goce aún más de él, un equilibrio éste difícil de alcanzar, y que no me resigno a dejar de intentarlo, día tras día.
viernes, 18 de febrero de 2011
miércoles, 9 de febrero de 2011
Tal que ahora en Edimburgo
Estamos en el salón, y atardeciendo aún, aprovechamos la casi perdida luz del dia, mi hija María Elena y yo nos tomamos un café y lo acompañamos con una larga charla buscada a conciencia, los cristales empañados por el calor de la habitación y la humedad y frio del exterior, dejan leer palabras y frases resucitadas que otras gentes dejaron aquí, y apuesto que nunca olvidadas. Con aún mucho por contarnos, decidimos encaramamos en cada una de las puntas del sofá a leer, nuestras piernas se cruzan y una manta las abriga, ambos levantamos nuestras miradas al menor ademán o gesto, y surge un comentario trivial que hace saltar por los aires nuestros pensamientos, pero nuestra cara expresa un interés especial por lo que en ese instante nos decimos, sin duda apostamos por exprimir todo el jugo al momento y disfrutarlo. Instantes así, no se dan todos los días.
En pocos minutos la noche caerá, y marcará su posesión y sus normas, y la magia de este espacio en tierra de nadie, verá caer el telón, y solo repetirá función en nuestro recuerdo. Gracias que este escenario lo contempla, esta ciudad cercana y hermosa, donde la tibiedad del sol, la da una resplandor apagado que te sumerge en una melancolia permanente, a tiempo de despertar emociones perdidas.
Y mañana? ......mañana será otro día.
lunes, 7 de febrero de 2011
Hoy la niebla cala
Hoy la niebla cala, hasta
los pensamientos más lejanos,
aquellos que lo fueron
tan solo alguna vez,
y ese juego hoy me inquieta,
al menos el tiempo que dure,
y me abandono a ello y me presto
frente a esta indiferente frialdad.
Me llegan cantos de sirenas
que se cruzaron en mi vida,
y me viene cuando tomabas un café
dos o tres mesas más allá de la mía,
y aquel encuentro al cruzar la calle,
y cuando te perdí al doblar aquella esquina
que apresurado yo también doblé por ti,
pero ya no estabas, ya no te vi,
o después, a la salida de aquel cine,
secando aún tus lágrimas
que provocaron ese final previsto,
o en la estación del metro de Gran Vía,
cuando me quedé fuera de tu vagón
por un maldito segundo,
y cuantas horas me sobraron después.
Persigo una quimera,
con sus caras y sus cruces,
sus alegrías y sus penas,
y su felicidad contenida,
tal cual quizás sea yo,
pero allá quedó todo, sin tan siquiera
llegar a ser, supongo, que el destino
andaba en otros quehaceres,
y dejó mis asuntos pendientes,
y los tuyos también, quien quiera que seas,
donde quiera que estés,
hoy la niebla cala, hasta los recuerdos
de aquello que no fue ni pudo ser,
y me siento más falto de ti,
ahora que aún no te encontré, te digo,
que hoy nuestro pasado, me come por dentro.
los pensamientos más lejanos,
aquellos que lo fueron
tan solo alguna vez,
y ese juego hoy me inquieta,
al menos el tiempo que dure,
y me abandono a ello y me presto
frente a esta indiferente frialdad.
Me llegan cantos de sirenas
que se cruzaron en mi vida,
y me viene cuando tomabas un café
dos o tres mesas más allá de la mía,
y aquel encuentro al cruzar la calle,
y cuando te perdí al doblar aquella esquina
que apresurado yo también doblé por ti,
pero ya no estabas, ya no te vi,
o después, a la salida de aquel cine,
secando aún tus lágrimas
que provocaron ese final previsto,
o en la estación del metro de Gran Vía,
cuando me quedé fuera de tu vagón
por un maldito segundo,
y cuantas horas me sobraron después.
Persigo una quimera,
con sus caras y sus cruces,
sus alegrías y sus penas,
y su felicidad contenida,
tal cual quizás sea yo,
pero allá quedó todo, sin tan siquiera
llegar a ser, supongo, que el destino
andaba en otros quehaceres,
y dejó mis asuntos pendientes,
y los tuyos también, quien quiera que seas,
donde quiera que estés,
hoy la niebla cala, hasta los recuerdos
de aquello que no fue ni pudo ser,
y me siento más falto de ti,
ahora que aún no te encontré, te digo,
que hoy nuestro pasado, me come por dentro.
viernes, 28 de enero de 2011
Un despertar
Desperté en la oscuridad angustiado y empapado en sudor, juro que sentí miedo, entonces te llamé y estabas, todo fue distinto, y nos encontramos en la soledad de la noche donde nuestros paseos son especialmente íntimos, y hablamos a escondidas en aquel banco que siempre es nuestro, nos contamos nuestras cosas, lloramos, reímos, tan solo eso, como siempre y sin embargo, pareciera que nos fuera la vida en ello, nada había más importante que nuestras palabras, que nosotros, y abrazados nos quedamos dormidos en un leve sueño, luego volvimos a casa y nos preparamos un té, y con una toalla secamos la humedad que en nuestros rostros dejó aquella fina lluvia. Después de un baño bien caliente, nos fuimos a la cama e hicimos el amor amándonos, en nuestra presencia la calma nos calmó, y se apoderó de nosotros el más dulce de los sueños.
Desperté sin ti, y juro que sentí escalofríos, entonces te llamé y nadie contestó, fui a buscarte y no te encontré, pregunté por ti y nadie decía conocerte, y sentado en ese mismo banco donde tantas y tantas veces estuvimos los dos, intenté descifrar todo aquello, pero solo pude llorar de tristeza, y al caer la tarde volví a casa solo, agotado, y perdido te seguí pensando.
En esta madrugada aún despierto, todo se me viene a la cabeza y juro que siento, una inmensa tristeza, confundido y cansado me quedo dormido, con la esperanza de volver a despertar sin ti, pero contigo.
martes, 18 de enero de 2011
Insolidario
Digo que me importan, mi pasado y mi futuro,
y mi presente, pero algo menos el de otros,
mi pensamiento, y el mio del tuyo,
mis canciones, mi guitarra, mi orgullo.
Me importan, mis zapatos cómodos, mi bufanda,
mis pantalones de su talla, y la toalla
seca en mi baño, mis monedas que no falten,
mis olores y mis perfumes nuevos de vez en cuando.
Me importan, el color de mi sombrero,
mis arrugas, mis canas, mis patas de gallo,
mis venas, mi piel, mis uñas y mis manos,
y mis labios cada vez menos besados.
Me importan los años, y su paso,
mi sonrisa a juego, y el color de mi abecedario,
mis temores, mis placeres, mis rechazos,
y hasta las limosnas que doy, sin pensarlos.
Me importa, casi todo, y por nada me cambio,
y siempre juro que lo haré, a primeros de cada año,
algo así como todos, un par de veces a diario,
cuanto me queda para ser, alguien solidario.
y mi presente, pero algo menos el de otros,
mi pensamiento, y el mio del tuyo,
mis canciones, mi guitarra, mi orgullo.
Me importan, mis zapatos cómodos, mi bufanda,
mis pantalones de su talla, y la toalla
seca en mi baño, mis monedas que no falten,
mis olores y mis perfumes nuevos de vez en cuando.
Me importan, el color de mi sombrero,
mis arrugas, mis canas, mis patas de gallo,
mis venas, mi piel, mis uñas y mis manos,
y mis labios cada vez menos besados.
Me importan los años, y su paso,
mi sonrisa a juego, y el color de mi abecedario,
mis temores, mis placeres, mis rechazos,
y hasta las limosnas que doy, sin pensarlos.
Me importa, casi todo, y por nada me cambio,
y siempre juro que lo haré, a primeros de cada año,
algo así como todos, un par de veces a diario,
cuanto me queda para ser, alguien solidario.
martes, 11 de enero de 2011
Un minuto en tu recuerdo
Me da la vida el tenerte a mano,
pensar tu ilusión y esperanza,
pero mucha tristeza si no lo siento así,
te imagino un día como hoy,
esperando a quien ha de ser tu nuevo amor,
y hasta el gesto que sacarás de paseo,
adivino os ahogaréis en un mar de palabras,
y os besareis en un sin fin de silencios,
pudiera estar ocurriendo tal que ahora,
o tal vez, no ocurra nunca más,
y sea irrepetible lo que no tuvo perpetuidad,
no lo se, ni quisiera fuera mi consuelo,
si él ha de ser tu amargura, tu infierno,
no me condenes a saberlo, porque no quiero saber,
no me llames ni me escribas, no me llores
ni me rías, solo miénteme una vez más,
tú sabes lo que quiero decir, engáñame con tu verdad,
regálame tan solo, un minuto en tu recuerdo.
pensar tu ilusión y esperanza,
pero mucha tristeza si no lo siento así,
te imagino un día como hoy,
esperando a quien ha de ser tu nuevo amor,
y hasta el gesto que sacarás de paseo,
adivino os ahogaréis en un mar de palabras,
y os besareis en un sin fin de silencios,
pudiera estar ocurriendo tal que ahora,
o tal vez, no ocurra nunca más,
y sea irrepetible lo que no tuvo perpetuidad,
no lo se, ni quisiera fuera mi consuelo,
si él ha de ser tu amargura, tu infierno,
no me condenes a saberlo, porque no quiero saber,
no me llames ni me escribas, no me llores
ni me rías, solo miénteme una vez más,
tú sabes lo que quiero decir, engáñame con tu verdad,
regálame tan solo, un minuto en tu recuerdo.
miércoles, 5 de enero de 2011
Navegar...por la vida
Navegar en tiempos revueltos, es algo así como vivir a contracorriente, dichosa la emoción que nos acompaña en la ruta de los esfuerzos, ello nos recuerda que no vivimos en un sueño, que todo es posible y buscarlo, nuestro mejor y más preciado juego. No querer saber, no querer sufrir, es un atajo por el camino más largo y aburrido, es sentarse a mirar el paso de la vida, y contemplarla desde la placidez de un futuro seguro y cierto, pero debes saber, que no es gratis, es el precio que pagas por este peaje absurdo, por la tranquilidad de un paisaje muerto, es el yugo que te impide ser quien eres, para ser como quieren ellos, prefiero pues, los vaivenes que me trae la incertidumbre, el hambre, la soledad, el amor o el deseo, prefiero equivocarme mil veces, y mil veces más, y cuando el tiempo amaine de verdad, cuando me falte el fuego, cuando sea un esfuerzo el pensar, cuando en mi casa no encuentres espejos, quiero poder recordar en mi último recuerdo, que hice la travesía , que nada fue fácil, que navegué en tiempos revueltos.
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