Pudiera querer que ayer hubiese durado algo más la noche, o quizás no haber arrancado la hoja de mi calendario. Podría querer, haber detenido el tiempo justo en el momento en que Diego, Marwan y yo, compartíamos palabras, mesa y mantel.
Podría querer invertir algunas locuras en mi, después de saber que soy lo que soy, porque fui lo que fui. Podría querer no olvidar, lo dicho y no escrito en la Sacristía de ese Café Santuario de Madrid, donde se celebran liturgias cantadas a diario.
Podría querer hacer presentes, las energías de tanto abrazo y recetas de consejos, o de los nervios en la piel de mis flores más preciadas. Podría querer que perduren, estas horas en mi abecedario, y se guarden en la memoria como un recuerdo imborrable, en el estreno de mi primer escenario.
1 comentario:
Esas sensaciones.... se viven con intensidad....y yo se que no dejaras pasar ni un segundo ni una oportunidad... disfrutalo todo como si fuera el último día.... siempre ....
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