lunes, 23 de abril de 2012

Cuatro amaneceres

Me quedo contigo siempre, y a pesar de todo,
con tu cercana distancia hecha trizas ayer mismo,
con unas palabras mal dichas al borde del abismo,
y la desnudez de cuatro amaneceres a tu lado.

Me quedo con tu apellido prendido al mio,
vagando junto a nombres que nunca nacerán,
con esas sonrisas sobradas de intimidad,
y esas palabras que buscaron tu comprensión.

Me quedo con la pena de no ser como quisiera,
con tus gestos, y el tiempo en primavera, con
haber dibujado el camino de regreso en verano,
y vencer mis miedos, contando nuestros pasos.

Me quedo con ese atardecer al alba, y con
la pereza que me regaló la vida a tu lado,
con el sabor de unos dedos que te escarbaron,
y con el primer sorbo de ti, al vencer la noche.

Me quedo con el sueño roto, con mis reproches,
y con los restos de humedad en nuestros cuerpos,
con el dolor de aquello que se acaba, y con el
último de nuestros silencios con tinte de amargura.

Me quedo con las carreteras estrechas, las dudas,
el silencio en la plaza de un pueblo a medio habitar,
la compañía de una canción que habla de soledad,
y el frío de una chimenea que no pudimos encender.

Me quedo con tu pasión que no dejé de sentir,
con mi locura y  las ganas de volverte a vivir,
me quedo con la esperanza que algún día ha de ser,
con aquella promesa, que no te pude prometer.

2 comentarios:

Rodolfo Serrano dijo...

Antonio: Tengo ganas de verte y comentar...

Anónimo dijo...

GRACIAS!!!!! MIS OJOS SE HUMEDECEN CADA VEZ QUE LO LEO