viernes, 28 de enero de 2011

Un despertar

Desperté en la oscuridad angustiado y empapado en sudor, juro que sentí miedo, entonces te llamé y estabas, todo fue distinto, y nos encontramos en la soledad de la noche donde nuestros paseos son especialmente íntimos, y hablamos a escondidas en aquel banco que siempre es nuestro, nos contamos nuestras cosas, lloramos, reímos, tan solo eso, como siempre y sin embargo, pareciera que nos fuera la vida en ello, nada había más importante que nuestras palabras, que nosotros, y abrazados nos quedamos dormidos en un leve sueño, luego volvimos a casa y nos preparamos un té, y con una toalla secamos la humedad que en nuestros rostros dejó aquella fina lluvia. Después de un baño bien caliente, nos fuimos a la cama e hicimos el amor amándonos,  en nuestra presencia la calma nos calmó, y se apoderó de nosotros el más dulce de los sueños.

Desperté sin ti, y juro que sentí escalofríos, entonces te llamé y nadie contestó,  fui a buscarte y no te encontré,  pregunté por ti y nadie decía conocerte, y sentado en ese mismo banco donde tantas y tantas veces estuvimos los dos, intenté descifrar todo aquello, pero solo pude llorar de tristeza, y al caer la tarde volví a casa solo, agotado,  y perdido te seguí pensando.

En esta madrugada aún despierto, todo se me viene a la cabeza y juro que siento, una inmensa tristeza, confundido y cansado me quedo dormido, con la esperanza de volver a despertar sin ti,  pero contigo. 

martes, 18 de enero de 2011

Insolidario

Digo que me importan, mi pasado y mi futuro,
y mi presente, pero algo menos el de otros,
mi pensamiento, y el mio del tuyo,
mis canciones, mi guitarra, mi orgullo.


Me importan, mis zapatos cómodos, mi bufanda,
mis pantalones de su talla, y la toalla
seca en mi baño, mis monedas que no falten,
mis olores y mis perfumes nuevos de vez en cuando.


Me importan, el color de mi sombrero,
mis arrugas, mis canas, mis patas de gallo,
mis venas, mi piel, mis uñas y mis manos,
y mis labios cada vez menos besados.


Me importan los años, y su paso,
mi sonrisa a juego, y el color de mi abecedario,
mis temores, mis placeres, mis rechazos,
y hasta las limosnas que doy, sin pensarlos.


Me importa, casi todo, y por nada me cambio,
y siempre juro que lo haré, a primeros de cada año,
algo así como todos, un par de veces a diario,
cuanto me queda para ser, alguien solidario.

martes, 11 de enero de 2011

Un minuto en tu recuerdo

Me da la vida el tenerte a mano,
pensar tu ilusión y esperanza,
pero mucha tristeza si no lo siento así,
te imagino un día como hoy,
esperando a quien ha de ser tu nuevo amor,
y hasta el gesto que sacarás de paseo,
adivino os ahogaréis en un mar de palabras,
y os besareis en un sin fin de silencios,
pudiera estar ocurriendo tal que ahora,
o tal vez, no ocurra nunca más,
y sea irrepetible lo que no tuvo perpetuidad,
no lo se, ni quisiera fuera mi consuelo,
si él ha de ser tu amargura, tu infierno,
no me condenes a saberlo, porque no quiero saber,
no me llames ni me escribas, no me llores
ni me rías, solo miénteme una vez más,
tú sabes lo que quiero decir, engáñame con tu verdad,
regálame tan solo, un minuto en tu recuerdo.

miércoles, 5 de enero de 2011

Navegar...por la vida

Navegar en tiempos revueltos, es algo así como vivir a contracorriente, dichosa la emoción que nos acompaña en la ruta de los esfuerzos, ello nos recuerda que no vivimos en un sueño, que todo es posible y buscarlo, nuestro mejor y más preciado juego. No querer saber, no querer sufrir, es un atajo por el camino más largo y aburrido, es sentarse a mirar el paso de la vida, y contemplarla desde la placidez de un futuro seguro y cierto, pero debes saber, que no es gratis, es el precio que pagas por este peaje absurdo, por la tranquilidad de un paisaje muerto, es el yugo que te impide ser quien eres, para ser como quieren ellos, prefiero pues, los vaivenes que me trae la incertidumbre, el hambre, la soledad, el amor o el deseo, prefiero equivocarme mil veces, y mil veces más, y cuando el tiempo amaine de verdad, cuando me falte el fuego, cuando sea un esfuerzo el pensar, cuando en mi casa no encuentres espejos, quiero poder recordar en mi último recuerdo, que hice la travesía , que nada fue fácil, que navegué en tiempos revueltos.

domingo, 2 de enero de 2011

Año tras año

Buenos tiempos para los pedigüeños,
que en un alarde de ironía
le pedimos más a la vida,
para seguir despilfarrando.

Que lástima, tener el listón tan bajo,
no ver, aún cuando poseemos vista,
no oir, no escucharnos,
no saborear sorbo a sorbo cada día.

Compro toda tu tristeza,
a cambio de todas mis alegrías,
dice un verso de un poema
aún no escrito, y quisiera escribir.

Me sobran razones para
entristecer hoy, pero bendita tristeza
que habita en mi puerta a
primero de cada año.

Y también la nostalgia, la melancolía,
las miradas perdidas, el reencuentro
con tus hermanos, las lágrimas
que no lloran, y los besos que no has dado.

Y a la ilusión, a la alegría, a esas risas
incontroladas que te impiden respirar,
a esas incumplidas promesas, y a los chistes malos,
a las bienvenidas, a las despedidas.

Todo convive, y todo ocurre porque sí,
No pidamos más, está en nosotros y es mágico,
dejemos que "Dios" reparta su suerte,
a quien cree, a quien lo necesita, a quienes olvidamos.