lunes, 27 de junio de 2011

Y a quien no.....

Como me gusta cuando me miras,
y te dejas mirar, cuando te vistes de color
y solo piensas en ti, como me gustan
tus formas que me invitan a no pensar,
a dejarme hacer, como me gusta adivinar
tu desnudez.

Como me gusta, esa manera tuya
que tienes de darme la espalda, tu
culo cuando lo mueves, tus manos
en mi bolsillo, como me gustan nuestros
quejidos, y ese alivio carnal que nos
calma, ser después de haber sido,
y no haber pasado el tiempo por
nuestra cama.

Como me gustan los delirios sin grandeza,
los tiempos gastados a tu lado, confesarme en
tu presencia, amanecer sin haber descansado,
como me gusta besar tus deseos, escuchar
a mis sueños, redimir los excesos,
despertar sin querer dormir, como me gusta,
descansar en tus pechos.

jueves, 16 de junio de 2011

Te propongo la vida

Hoy con aire nuevo, y viejo,
te propongo renovar los votos
de aquellos dos desconocidos
que éramos, cuando fuimos.


Trasnochar del ahora al pasado,
volver a pisar sin cuidado
por los caminos que ya pisamos,
hacerle trampas a nuestro destino.


Te propongo la vida, no el recuerdo, 
aunque suene a un no me acuerdo
este desecho de versos mordidos.


Solo te invito a este juego a ras de suelo,
hoy que el tiempo nos niega en un espejo,
ahora que echo en falta, hacer lo que hicimos.

jueves, 9 de junio de 2011

Por el bien de todos....

Debiera acostumbrarme a no deciros
lo primero que se me viene a la cabeza,
tan solo porque me duela y reviente,
a contar hasta diez, hasta cien, o hasta veinte,
a no enturbiar el amor con mis temores,
ni darme tanto golpe de pecho para nada.

Debiera aprender, de que modo ser feliz
sin provocar tanto daño, subir los peldaños
sin despertar otros sueños, y llegar al oasis
de ese amanecer inmenso, dejar de observar
la vida desde la otra acera, y a callar,
todo lo que no pueda cumplir después.

Debiera saber que el recuerdo nunca se olvida,
que no es vida vivir a medias, que la sonrisa
puede entristecer el alma, y que el descansar
a veces, puede asfixiar la ilusión,  consentir,
una palabra entre todo y nada, que desnuda,
engaña, y deja a la esperanza sin abrigo.

Debiera decir más de lo que ahora digo, porque
el dolor me perfore y hasta me confunda,
y se estrechen los caminos infinitos de la vida,
debiera decir más, o mejor, hacer más de lo que digo,
para ahorrarme estos pecados a las puertas del cielo,
y no tener que pediros jamás, perdón por ellos.