viernes, 5 de noviembre de 2010

Entre penumbras y sombras

Hoy le he pedido a la noche, que se ausente,
que no esté presente cuando nos encontremos,
quiero contemplarte al menos no más tarde de las seis
cuando el sol alumbre sin pedirnos permiso, quiero verte.

Si bien ayer, alguien me dijo, que tu perfil 
ya no dice nada, y que tu cara no recuerda a tu nombre,
que aquella tierna mirada que pendía de la mía, 
se perdió en tu expresión,  y ahora es vulgar y fría.

Se atrevieron sí, a contarme, que has desecho
la pequeña talla de tu pecho, y que ahora presumes de él,
que ya no caminas mirando al suelo, ni pisas las hojas,
ni en los charcos buscas tu reflejo.


Que tu pelo dicen, ya no es castaño, 
que tus manos ya no saben acariciar,
que tu sonrisa, ha perdido la gracia 
presa de una piel un tanto estirada.

Y me pregunto....por que....si eras tú,
perfecta tal cual, tan distinta y tan igual,
ni tan aquella, ni tan ésta, sino tú,
tan tuya y tan mía, tan de ellos......tan nuestra.

Hoy quizás le pida al día, que se ausente,
que no esté presente cuando nos encontremos,
y así entre penumbras y sombras, pareceremos al menos,
lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta muchooooooooooooo

Anónimo dijo...

Buenas papi,

Qué maravilla hacer un parón en el trabajo y leerte! Estoy completamente de acuerdo en que muchas veces nos empeñamos en cambiar cosas que no nos gustan (o que no les gustan a los demás) y que, en muchos casos, son tan nuestras que sin ellas perdemos un poco de nosotros mismos.

Un beso grande, mañana nos vemos.

Elena

Antonio dijo...

Que bien estemos de acuerdo Mª Elena, lo triste de esto, es que ocurre con demasiada frecuencia, y lo preocupante, es que cada vez a edades mas tempranas.
Mañana nos vemos, un besito cielo

Rodolfo Serrano dijo...

Estupendo, Antonio. Qué alegría recuperarte y leerte