Me queda jugar contigo, y aún no apareces,
escribir mil veces que aún no he partido,
me quedan las palabras, apagar las voces,
encender la esperanza, me queda entender
los silencios, cruzar a la otra orilla, me queda,
el saber que mis razones se quedaron perdidas,
me quedan las carreteras, las líneas torcidas,
y las gentes que me encuentre, me queda el alivio,
mi sombrero y mi cepillo, mi equipaje descolorido,
llorar, me queda la ilusión de probar, y también
el olvido, las luces y las sombras, me quedan menos
enemigos, y mi guitarra medio rota, me quedan los
abrazos, mis canciones, los milagros, otra realidad,
me queda no cantarle a la primavera, descansar,
me queda volver a empezar.
6 comentarios:
Te queda toda una vida.
Tanto nos queda, Antonio... que nos queda ella.
Dicho en una forma encantadora.... que contagia tus ganas de vivir.... Antonio sigue viviendo estas ilusiones ahora y siempre....
Para continuar, que a mí me llenan de alegría tus palabras en estos días que se presentan más grises.
Menuda declaración de principios (o de empieces). Me gustan todos, Antonio, y me siento identificado con todos, pero confieso mi debilidad por las líneas torcidas.
Un fuerte abrazo
Hay recuerdos que nadie nos puede robar, esos... siempre quedan.
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