jueves, 13 de octubre de 2011

Para empezar

Me queda jugar contigo, y aún no apareces,
escribir mil veces que aún  no he partido,
me quedan las palabras, apagar las voces,
encender la esperanza, me queda entender
los silencios, cruzar a la otra orilla, me queda,
el saber que mis razones se quedaron perdidas,
me quedan las carreteras, las líneas torcidas,
y las gentes que me encuentre, me queda el alivio,
mi sombrero y mi cepillo, mi equipaje descolorido,
llorar, me queda la ilusión de probar, y también
el olvido, las luces y las sombras, me quedan menos
enemigos, y mi guitarra medio rota, me quedan los
abrazos, mis canciones, los milagros, otra realidad,
me queda no cantarle a la primavera, descansar,
me queda volver a empezar.

6 comentarios:

Cuerpos a la deriva dijo...

Te queda toda una vida.

Rodolfo Serrano dijo...

Tanto nos queda, Antonio... que nos queda ella.

Anónimo dijo...

Dicho en una forma encantadora.... que contagia tus ganas de vivir.... Antonio sigue viviendo estas ilusiones ahora y siempre....

Violetas desde Berlin dijo...

Para continuar, que a mí me llenan de alegría tus palabras en estos días que se presentan más grises.

Jorge Encinas Martínez dijo...

Menuda declaración de principios (o de empieces). Me gustan todos, Antonio, y me siento identificado con todos, pero confieso mi debilidad por las líneas torcidas.

Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

Hay recuerdos que nadie nos puede robar, esos... siempre quedan.