No te escondas hoy, porque te buscaré en cualquier parte,
en aquella tarde en que nos quedaron sonrisas pendientes,
en los tiempos de tempestad que no prendieron palabras
sino silencios, en las calles que perjuramos tantas veces,
también en los detalles guardados en recuerdos olvidados.
No te escondas hoy, porque te buscaré en los abrazos de
otros, en el ayer cuando aún eras mía, en tu desnudez en
la cocina, o entre las cinco esquinas de aquella cama, en los
hoteles de primavera, en el olor a madera en aquel bosque
de chatarra, en la penúltima parada de nuestra estación.
No te escondas hoy, porque te buscaré en los desiertos
del alma donde la calma me volvió loco, en los pozos
sin fondo, en los desvelos de días trasnochados, en los
últimos versos de aquel verano, en las noches sin tiempo,
en los placeres de aquella apuesta certera y suicida.
No te escondas hoy, porque te necesito mas que siempre,
de frente solo aquel camino donde nunca te encontré, no
te escondas hoy en el ayer, donde jamás fuiste mía cuando
me asfixiaba en el fango. El lado de tu cama que aún sigue
vacío ahora niega mis vicios, ahora perfila tus trazos.
No te escondas hoy, en el pasado.
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