Desde la distancia que me deja,
crear mis tiempos.
Desde la cercana lejanía,
de un hasta luego.
Desde la paz del silencio, que no
para de cantar.
Desde la quietud de sentirme,
nada frente al mar.
Desde el ahora, ayer vacío
y hoy presente.
Desde este grito, de quien
gritar no puede.
Desde esas ganas de amar
que hoy me encuentran.
Desde esa perdida deriva,
que me lleva.
Desde el paseo en las tardes,
por una alfombra de arena.
Desde este lunes para martes,
que me dejó estas prendas.
Desde el infinito y el horizonte,
que a veces se funden.
Desde el placer por entender,
la línea que los une.
Desde esta orilla inmensa, que
enmudece las penas.
Desde la casa en que nacieron,
los siete versos de este poema.
5 comentarios:
Veo que tu viaje ha dado rienda suelta a tus palabras, cosa que me alegra, aunque extrañe no poder hablar contigo, merece la pena que ese paseo por la orilla del mar haya dado sus frutos. un beso enorme.
Precioso. Qué tendrá el mar que tanto inspira.
Un abrazo.
no se porque pero tus poemas me llenan de felicidad, sentir como sientes es mágico y ese estado es sublime... simplemente precioso...GRACIAS
Me encanta: me gustaría haberlo escrito yo.
Un abrazo
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