viernes, 28 de enero de 2011

Un despertar

Desperté en la oscuridad angustiado y empapado en sudor, juro que sentí miedo, entonces te llamé y estabas, todo fue distinto, y nos encontramos en la soledad de la noche donde nuestros paseos son especialmente íntimos, y hablamos a escondidas en aquel banco que siempre es nuestro, nos contamos nuestras cosas, lloramos, reímos, tan solo eso, como siempre y sin embargo, pareciera que nos fuera la vida en ello, nada había más importante que nuestras palabras, que nosotros, y abrazados nos quedamos dormidos en un leve sueño, luego volvimos a casa y nos preparamos un té, y con una toalla secamos la humedad que en nuestros rostros dejó aquella fina lluvia. Después de un baño bien caliente, nos fuimos a la cama e hicimos el amor amándonos,  en nuestra presencia la calma nos calmó, y se apoderó de nosotros el más dulce de los sueños.

Desperté sin ti, y juro que sentí escalofríos, entonces te llamé y nadie contestó,  fui a buscarte y no te encontré,  pregunté por ti y nadie decía conocerte, y sentado en ese mismo banco donde tantas y tantas veces estuvimos los dos, intenté descifrar todo aquello, pero solo pude llorar de tristeza, y al caer la tarde volví a casa solo, agotado,  y perdido te seguí pensando.

En esta madrugada aún despierto, todo se me viene a la cabeza y juro que siento, una inmensa tristeza, confundido y cansado me quedo dormido, con la esperanza de volver a despertar sin ti,  pero contigo. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

un placer leerte.... una vez mas mil gracias por este regalo.